Dejar atrás la autocrítica y el perfeccionismo: mi viaje hacia la aceptación y el amor propio

Soy una persona que siempre ha sido demasiado autocrítica y perfeccionista. Siempre he tenido estándares muy altos para mí y he sentido que nunca era lo suficientemente buena. Esto me llevaba a estar constantemente preocupada por si estaba haciendo las cosas bien, lo que me impedía disfrutar del presente.

Recientemente, he estado trabajando en superar esto, y si bien no es que ya haya dejado atrás este tema, he aprendido algunas cosas que pueden ser útiles para quienes enfrentan condiciones similares.

Lo primero que aprendí en este camino es que la autocrítica excesiva y el perfeccionismo a menudo vienen de una necesidad de controlar todo en mi vida. Siempre quiero estar segura de que las cosas se hagan bien, para que no haya nada que pueda hacerme sentir culpa más tarde. Sin embargo, esta necesidad de control a menudo me lleva a ser demasiado dura conmigo misma, lo que es agotador y paralizante.

Para superar este patrón, he comenzado a practicar la auto-compasión y la aceptación, y aunque escribirlo es bastante fácil, volverlo realidad es un reto enorme.

En lugar de juzgarme constantemente por mis errores o deficiencias, trato de aceptarlos como parte de mi experiencia. En lugar de “darme palo” por no hacer las cosas perfectamente, trato de reconocer el esfuerzo y el progreso que he logrado. Esto me ayuda a tener una perspectiva más equilibrada y realista sobre mí y mis capacidades.

También he aprendido que a menudo es más importante hacer las cosas que preocuparse por hacerlas perfectamente. Esto significa que, en lugar de esperar hasta que todo sea perfecto, trato de tomar acción y hacer lo que sea necesario en el momento presente. Esto me ayuda a ser más productiva y a no quedarme atascada en la indecisión, procrastinando o en el famoso “análisis-paralisis”.

Al final, he aprendido que no puedo hacerlo todo sola y esto me ha golpeado bastante. A menudo necesito la ayuda y el apoyo de otros para alcanzar mis metas. Aprender a pedir ayuda cuando la necesito, y aprender a aceptar la ayuda de otros, ha sido un gran paso en mi camino.

Aún estoy trabajando en superar todo esto, pero estoy orgullosa del progreso que he hecho hasta ahora. Espero que estas ideas puedan ser útiles para quienes también luchan con estos temas como yo.

Con amor,

Adri.